El encuentro entre el leproso y Jesús es
muy fuerte.
Antes que nada es muy importante saber que
los enfermos de lepra vivían separados de la comunidad, cuando se detectaba
alguien con la enfermedad debía salir del pueblo, vivir apartado, nadie quería
estar con el por temor al contagio, e incluso en algunos casos llevaban
campanas para avisar cuando se acercaban para que todos se alejaran...
Junto a eso se creía que el leproso era
tal por ser un pecador. Hoy sabemos que es una enfermedad tratable.
En ese contexto se acerca y hace la
petición "Si quieres, puedes purificarme". Antes se había
arrodillado. La humildad demuele a Jesús que conmovido hace algo inusual que es
tocarlo (recuerden el peligro de contagio y además considerado pecador).
Después sabemos que sana y que viene la alabanza.
Me gustaría que rezáramos con las
actitudes de Jesús y el leproso. Podemos pedir algunas gracias:
Þ
a no bajar los brazos como el leproso que
siempre hay esperanza
Þ
a buscar con humildad la salud (del cuerpo
y el espíritu) frente al Señor
Þ
a romper los prejuicios y luchar por ser
hombres y mujeres nuevos
Þ
de Jesús a no perder nuestra capacidad de
asombro y compasión
Þ
de tocar incluso lo que muchos no tocarían
Þ
de no juzgar por las apariencias
Þ
de hacer todo con sencillez y en lo oculto
Estas me parecen unas lindas pistas y
caminos para la oración que nos deja la Iglesia en estos días.
De paso vayamos preparando el corazón para
la CUARESMA que comenzamos este miércoles 18.
Bendiciones y buena semana
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