"Yo soy la Resurrección y la Vida" enseñaba (y
enseña) Jesús. Esta frase siempre me deja pensando y rezando, ¿o será al revés?
Jesús dice "yo soy" no "era" o
"seré". Jesús dice en su presente y en el nuestro que es resurrección
y vida.
Lo bueno y sanante de la Pascua es la vida nueva presente.
No tenemos que esperar a un futuro lejano (o cercano) para resucitar; no es
algo mero del pasado que pasó hace 2000 años, sino algo profundamente
existencial.
Todos nosotros -vos y yo- podemos resucitar si dejamos que
Jesús lo haga en nosotros.
En la Semana Santa vamos viendo nuestras heridas y pecados y
se los mostramos al Señor para que nos sane. La resurrección es hoy en nuestras
vidas cuando dejamos que el "toque" las heridas más profundas, que nos
libere de las ataduras más duras, que nos saque de las esclavitudes que no nos
dejan ser libres.
En este día (como en todos los días) abramos el corazón a la
VIDA que se nos regala.
Feliz Pascua de Resurrección
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