Comparto con ustedes un texto de hace unos años del Cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco, sobre lo que es peregrinar...
LUJAN: Camino, Visita , Encuentro,
Regreso
Una cosa que quiero decirles y que quizá
pueda servirles y que es el carácter explosivo de las cosas de Dios. Esta
reunión es un puchito para que se vayan encontrando hasta desembocar con los
miles y miles que van caminando Luján.
Las cosas de Dios son levadura, son
mucha gracia. Cada uno de los que están aquí ponen su experiencia, su deseo, su
organización, su trabajo, sus grupos y estos se van multiplicando de manera muy
misteriosa.
Se da una convocatoria que trasciende la mera organización en equipo, eso es constatado en todos los ámbitos. El equipo organiza, prepara todo, pero la convocatoria esta mas allá. Quien convoca no nos pertenece. Nosotros somos parte de los convocados. Esto es claro, es importante , hay un peregrinar. Y un peregrinar que se multiplica.
Se da una convocatoria que trasciende la mera organización en equipo, eso es constatado en todos los ámbitos. El equipo organiza, prepara todo, pero la convocatoria esta mas allá. Quien convoca no nos pertenece. Nosotros somos parte de los convocados. Esto es claro, es importante , hay un peregrinar. Y un peregrinar que se multiplica.
Un peregrinar que pone primero el
camino. Si uno peregrina, camina. Como el que camina la vida. Dios quiso que su
pueblo caminara . Dios no hizo la cosa, “ bueno, ya está, pum! “ y se hizo . La
fe se fue gestando en un largo camino. En lo personal también, cada uno de
nosotros tiene sus hitos irreversibles, en la vida de ustedes, que los fueron
marcando, los fueron sellando.
Es el caminar que Dios quiere para su
pueblo, con los momentos importantes del camino
Peregrinar supone tener conciencia que la
fe se da en un camino Cuando uno deja. de caminar, como que la fe queda
clausurada, encapsulada. Pero pensemos en el día de Luján en la fe del pueblo
de Dios que está caminando. Pero significa, no solo como signo, sino como hecho
real. Son momentos privilegiados de ese pueblo de Dios que camina
Y también, peregrinar, significa Visita.
Caminamos hacia , para visitar, para ver a alguien. Pero la. peregrinación
culmina con un encuentro con la. Madre, en el descanso, nos vamos a encontrar
con Ella, nos esta esperando, la vamos visitar.
En esencia el tercer rasgo de peregrinar
supone encuentro También la visita es un encuentro. Encontrarse con otros, es
como nos encontramos en el camino, como pueblo caminando, unos con otros.
Pero no se trata solamente que yo me voy
a encontrar, porque quizá lo principal es que yo me tengo que dejar encontrar.
Cuando voy en peregrinación, cuando voy
caminando para visitar, mi corazón tiene que estar dispuesto para la sorpresa y
sino la peregrinación puede ser una huida. Una huida de lo especifico Dios: la
sorpresa. Ese Dios que viene de manera sorprendente cuando me haga más falta.
Pensemos por ejemplo la escena de los discípulos de Emaus, ellos caminaban para
visitar, pero estaban huyendo de Dios , estaban huyendo del misterio. No tenían
la mas mínima intención de dejarse encontrar.
Ahora, este dejarse encontrar, tiene un
peso en algo que salió recién, lo diría así: cuando yo voy con mi Parroquia,
con mi grupo, con la gente que conozco, me dejo encontrar por la gente que va
sola? Me integro con ella.? Me integro a su caminar solo? Es apertura de los
limites meramente parroquiales , de los movimientos, grupales de la gente que
se conoce.
Si no corremos el riesgo de abrirnos al
camino, pero cerrados en nosotros mismos. De ir a encontrar a la Virgen pero no
dejarnos encontrar con Ella. De encontrar al Pueblo de Dios, ahí porque lo
estamos viendo, pero no dejarnos encontrar con el Santo Pueblo fiel de Dios,
que tiene algo que decir. Y mucha gente va convocada por la Virgen.
Una de las noches en que yo estuve
confesando en Luján, noche de la peregrinación, le preguntaba. a la gente con
quien había venido, a la gente que se confesaba. Y calculo que alrededor del
treinta por ciento me dijo vine solo. Eso es lo que constate ahí, no se que valor
general tenga. Hay un buen porcentaje que va convocado, si hay quien convoca,
convoca la Virgen.
Entonces es importante en el encuentro,
donde supone peregrinar, es dejarme encontrar por la sorpresa de Dios en el
camino, – que es mi hermano que va solo, que es mi hermano del grupo de otra
parroquia, que es mi hermano a quien yo no conozco y yo me dejo integrar a él y
lo integro a mi grupo. Eso es comunicación del pueblo, eso es auténtica
solidaridad, caminar en conjunto con un vecino común de salvación.
Entonces , como resumiendo, peregrinar
supone caminar pero en compañía del pueblo de Dios, supone visitar a alguien,
supone encontrarme con alguien y dejarme encontrar. Corazón abierto para
dejarme encontrar.
El cristiano que no aprende a dejarse
encontrar por Jesucristo, con su Santísima Madre, con la Virgen y a dejarse
encontrar con el hermano, le falta cinco para el peso, no termina de ser
cristiano.
Es como esa parte del Evangelio en que
Dios viene y a uno le cambia a la vida. Cuando San Mateo estaba ahí cambiando
monedas y cobrando impuestos en la entrada del pueblo, el no lo encontró a
Jesús, él se dejó encontrar por Jesús. Entonces ustedes déjense encontrar por
toda la gente que no conocen en el camino, entonces se van a sentir más pueblo
de Dios . Menos yo y mas nosotros.
Después está el hecho del camino. En el
camino hay dos cosas que hay que tener en cuenta: No se camina mirando al
suelo, se camina mirando lo que pasa, mirando la realidad, es un símbolo. En el
camino tenemos que ir con las cosas que están pasando, por mi corazón, por mi
vida, por mi barrio, por mi parroquia, por mi patria, por mi pueblo. El
cristiano es siempre el dialogo con la realidad, no es un caminar puramente
ascético, así, descarnado.. Y es por eso que en el camino entran las
preocupaciones, entran los problemas . Que tienen curiosamente su símbolo mas
cercano en las limitaciones fisicazo de cansancio, o de depre, que le va
agarrando a uno cuando ya se hace pesado el camino. Con realidades cercanas que
nos tienen que representar a. esas realidades de impotencia, de cansancio, de
sufrimiento de nuestro pueblo .
Y a la vez las realidades de alegría, de
la frescura que es la gratuidad de Dios. Que a partir de las cosas que vamos
viendo allí, que ustedes mencionaron: la realidad de cómo hay que acercarse, si
hay que acercarse, por los robos y el alcohol. 0 sea, que de alguna manera, eso
coyuntural que no tendría que pasar , parecería., y pasa, no es más que un
aspecto de una realidad de nuestro pueblo de Dios, que somos pecadores. La
realidad del pecado que tenemos que acompañar, la realidad de la rapiña, la
realidad del vicio fácil y cercano.
Se camina en medio de las realidades,
nunca ensimismado, sino no es camino cristiano. Y qué es lo que me tira caminar
en medio de las realidades?, es la esperanza, o sea siempre se camina en
esperanza. Es curioso, en el camino nadie empuja, sino que alguien atrae
Acuérdense de la imagen de la esperanza en los primeros cristianos, la
esperanza ellos la dibujaban como un ancla. El ancla. cuando uno está en medio
del río, la tira a la orilla, se clava y entonces con la soga vamos acercando
la canoa. La esperanza la tenemos clavada mas allá y nosotros tenemos que tener
la soga bien agarrada e ir tirando. No vemos quizá. la otra orilla, no la pisamos,
pero tenemos la soga y nuestro corazón anclado en la esperanza.
En el camino, uno a Luján lo tiene ya
anclado en la esperanza y esto es un signo de lo que es el caminar cristiano.
El corazón anclado en lo que está más allá, sin negar lo que está más acá, o
sea asumiendo todo esto que acabo de decir : la realidad del pueblo, que es uno
mismo . Y nadie puede separarse de su pueblo, uno es en la medida que pertenece
a un pueblo, sino no es. El cristianismo de probeta no existe todavía y cuando
empiece a ser de probeta deja de ser cristiano.
Y en ese caminar las personas se unen,
uno tiene la. experiencia de que hay una unidad siempre que nos trasciende : a
la pequeña unidad familiar, social Que la unidad misteriosa en la cual estamos
reunidos por el Bautismo en Jesucristo, es mucho más grande y ahí debemos
estar.
Finalmente hoy tenía ganas de tocar un
puntito “el regreso”, la capacidad de regresar de la peregrinación. Uno
peregrina y después tiene que empezar a actuar eso que es fruto del hombre y la
mujer maduros: la capacidad de regresar, de alguna manera, el camino andado,
para reconciliarse con las realidades de cada día, para reconciliarse con el
pueblo que encontró en el camino y con el cual se dejo encontrar. Para
reconciliarse con el pueblo al que pertenece, para reconciliarse con los
dolores de ese pueblo, para reconciliarse con las dificultades y las alegrías,
para reconciliarse con lo que dejo el pecado, lo cual se da en Jesucristo.
Es propio de la madurez de hombres y
mujeres, la capacidad de regresarse. En toda peregrinación, de alguna manera
surge como un regreso de la peregrinación. Tenemos momentos en la
peregrinación, donde el físico se cansa., hasta parece que uno se deprime: es
el regreso.
El regreso a lo habitual, pero con una
comprensión nueva de todo lo que hemos vivido hasta antes de la peregrinación Y
de ahí seguir caminando sin tener controlado el camino, el camino nunca. se
controla., el camino nos controla a nosotros. Estas cosas nos pueden servir
para ir haciendo el camino a Lujan.
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