Esta es una reflexión surgida en medio de muchos sentimientos y vivencias.
Constantemente el Papa Francisco nos invita a ir a las diferentes periferias, pero la encierra el mayor desafío, a mi pobre entender, es la de las "periferias existenciales".
Ya como arzobispo de Buenos Aires nos invitaba a desinstalarnos para ir a esta nueva frontera.
Algo "existencial" hace referencia a lo que pasa por el corazón de los hombres y mujeres pero que no tienen quizá rostro ni nombre en el lenguaje habitual de la Iglesia.
Estamos inmersos en una cultura sedienta de trascendencia más allá de lo religioso. Hay mucha sed, hay muchas preguntas y pareciera que muchos queremos dar de beber algo que no sacia o responder con fórmulas de antaño.
Las preguntas son nuevas, las respuestas tienen que ser nuevas. En la facultad un profesor siempre nos decia que la Palabra es de Dios es siempre nueva. Dios mismo al asumir la naturaleza humana decidió "hablarle" al hombre en un lenguaje humano, que como avanza necesita ser adecuado. Nuestro desafio tiene que buscar llevar la Buena Nueva en un lenguaje comorensible para el hombre de hoy.
En estos días me preguntaba ¿Qué veían en el Papa que llamara tanto la atención? Creo que simplicidad. ¿Qué busca este muchacho, la mujer aquella, este hombre maduro que se sienta en la mesa de al lado a tomar un cafe? ¿En que cree? ¿Como le hago descubrir en modos sencillos que hay un Dios que lo ama?
¿No seré yo una periferia para ellos? ¿Qué pasa por sus corazones?
Me viene esa frase del libro de Martini creo que con Humberto Eco que tenia por titulo algo asi como "En que creen los que no creen".
¿Los que nos rodean que ven? ¿Somos de algún modo para ellos un signo de algo trascendente?
Solo reflexiones que invitan a un desafío al que estamos invitados a mirar cara a cara. Para pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario